Mejorar como persona y cristiano, implica no sólo corregir defectos, sino mejorar todo lo bueno y todas las virtudes que tenemos.
Según esto:
¿Soy consciente de todas las cualidades que tengo?
¿Me conformo con lo que soy, o me preocupo de mejorar en todo los bueno que tengo?
¿Qué medios estoy poniendo para ir perfeccionándome cada día más?
Mis cualidades tienen relación con Dios, con los demás y conmigo mismo. ¿Cuáles son las que más cuido?
¿Pienso con frecuencia que tengo que dar cuenta un día de todas las cualidades?
¿Me propongo mejorar las cualidades que me relacionan con Dios?
¿Mi relación con los demás trato de hacerla más agradable?
¿Presumo vanamente de mis cualidades o las reconozco con sencillez, humildad y agradecimiento?
¿Tengo o busco alguna persona que me pueda ayudar a mejorar?
PALABRA DE DIOS
Mt.5,48 8Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto.
Jn 15,11-12 Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud.
Rom 12,2 . Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada,
lo perfecto.
2 Cor. 13,11. 1Por lo demás, hermanos, alegraos, trabajad por vuestra perfección, animaos; tened un mismo sentir y vivid en paz. Y el Dios del amor y de la paz estará con vosotros.
Flp. 3,13-16. Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Solo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, 14corro hacia la meta, hacia el premio, al cual me llama Dios desde arriba en Cristo Jesús. 15Todos nosotros, los maduros, debemos sentir así. Y, si en algo sentís de otro modo, también eso os lo revelará Dios. 16En todo caso, desde el punto a donde hemos llegado, avancemos unidos.
Col.1,28. Nosotros anunciamos a ese Cristo; amonestamos a todos, enseñamos a todos, con todos los recursos de la sabiduría, para presentarlos a todos perfectos en Cristo. 29Por este motivo lucho denodadamente con su fuerza, que actúa poderosamente en mí.
Ap. 3,15-16. Conozco tus obras: no eres ni frío ni caliente. ¡Ojalá fueras frío o caliente! 16Pero porque eres tibio, ni frío ni caliente, estoy a punto de vomitarte de mi boca.