Creer en Dios y no vivir para Él es una fe vacía.
Cuando caminas con Dios su sombra es la luz que guía tu presente.
La paz de Dios es el refugio perfecto para circunstancias imperfectas.
Con Dios encontraremos la fuerza, la valentía, el coraje para seguir hacia adelante y poder salir de situaciones penosas.
Cuéntale a Dios todo lo que te duele, te preocupa o te hace sufrir. Cuéntale tus penas y recibirás Sus bendiciones. Así de fácil, porque Dios es amor.
Cada persona es dueña de sus silencios y esclava de sus palabras.
“Reza como si todo dependiera del Señor; y trabaja como si todo dependiera de ti”